Phil Anselmo en Chile: La dominación del último vaquero del infierno.

Con tan solo siete meses de diferencia de su último concierto en nuestro país, Phil Anselmo, legendario vocalista de los extintos Pantera, se dio el lujo de volver a Chile para iniciar una gira latinoamericana junto a The Illegals, tocando canciones de su banda máter. Obviamente, si se lee un cartel que dice ''Performing Pantera'', lo primero que cualquiera pensaría, es que sonarían todos los clásicos de una banda que prevalece inmortal en cualquier parte (es cosa de darse una vuelta por la calle para ver a al menos una persona con polera de la banda de Dimebag Darrell y compañía). Y, a pesar, de haber venido hace muy poco tiempo, el Teatro Coliseo estaba repleto para recibir el show de Anselmo y sus Ilegales.

Desde temprano comenzaron los mosh con los chilenos Nuclear, quienes de la mano de su thrash a la vena y un Matías Leonicio entregando 'el dolor que habíamos pedido' y un montón de temas que desataban uno tras otro los pogos incansables de parte del respetable, quienes aplaudieron e insultaron junto a Nuclear a todos los políticos (Polera con inscripción 'Fuck Kast' incluida). Con canciones como 'F.P.S.C' y la monumental 'Apatrida', la banda chilena fue más que bien recibida por la fanaticada que llegó temprano al recinto de Nataniel Cox. Bien por Nuclear, un grupo que, desde sus inicios, ha logrado cautivar a la escena nacional e internacional y, lo mejor de todo, es que ya están trabajando en el sucesor del tremendo 'Formula for Anarchy'. Bien merecido y con un sonido potente que dejó sordo a más de uno.

Después de escuchar canciones como 'Evil' de Mercyful Fate en la previa, justo a las 21 horas se vuelven a apagar las luces del Coliseo para recibir a Philip H. Anselmo and The Illegals con 'Mouth for War', canción que abre el disco ''Vulgar Display of Power'' de 1992.

Con un sonido que retumbaba en las paredes del Teatro Coliseo a un punto casi ensordecedor, la magia del revival de Pantera siguió su camino con clásicos del tamaño de 'Becoming' y 'I'm Broken', que casi tiran las plateas al sector de cancha de la emoción. Podríamos decir que el volumen a veces sobrepasaba lo permitido, puesto que habían momentos en que la masa de sonido era casi inentendible de lo fuerte que estaba. Aunque con 'Walk Through Exits Only' (única canción de The Illegals que sonó en la jornada) acompañada de 'Fucking Hostile', daba lo mismo si la mezcla era demasiado potente o si no se entendía la canción. Todo fue un vendaval de gente en el sector de cancha, que de tanta emoción, ni los mosh eran ordenados como siempre. 

Al igual que sus conciertos del verano en Chile, se hizo muy corto, puesto que solo fueron 11 temas, 10 de Pantera. Y no quizás los que todos estaban esperando. A pesar de que tocó de manera casi íntegra el ''Vulgar...''. El problema fue, que la gente de verdad sintió que le prendieron la luz cuando aún faltaba un poco de fiesta. Porque tocar sólo el final de 'Domination' a varios los dejó pidiendo más. A pesar de eso, cortes como 'Walk' (que Anselmo dijo que era algo genético sabérselo de memoria por todos los presentes) y 'This Love' volvieron locos a los miles de fanáticos presentes. Hay que mencionar que The Illegals rinden muy buen tributo a los clásicos de Pantera, con un Mike Deleon casi poseído por Dimebag de gran forma. De esta manera, de verdad dan ganas de que sigan tocando estos clásicos de Pantera, sobretodo cerrando con un clásico como 'A New Level', que, aunque muchos seguían pidiendo más canciones, fue el mejor cierre que pudo haber para una velada como esta.

Mientras 'Killer Queen' de Queen despedía a los asistentes, varios se abrazaban luego del desastre de Nataniel Cox y la fiesta que ocurrió gracias al aniversario 14 de Humonegro. Es que, por más que a veces ni se entendiera de lo fuerte que estaba el volumen, el recuerdo en varios tímpanos va a durar por al menos un fin de semana. Y Phil Anselmo, junto a sus Ilegales, es la conmemoración más legal que puede tener la historia de Pantera. 

Crónica por Samuel Acevedo.

Fotografías por Diego Pino Marín.