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Crónica | Stryper en Argentina: Santo remedio



A esta altura tener que hablar acerca de problemas de giras pasando por Argentina es algo tan usual como la salida y puesta del sol cada día. En esta ocasión se dio con la gira de Stryper, que tuvo una variedad de problemas que llevaron a la cancelación de las fechas en Perú y Bolivia, a lo que siguieron acusaciones de estafa hacia los productores brasileños que llevaron a que Tourniquet se bajaran de la gira excepto para las presentaciones brasileñas y a que se tuviera que adelantar la presentación de la banda cristiana en Argentina, con mucha gente quejándose en las redes sociales porque el cambio de fecha les impedía ir al recital.

Como se habrán dado cuenta, esta es una ocasión donde los problemas no fueron causados por los productores argentinos. ¿Se podría decir que es un avance? De cualquier manera, no sería alocado decir que fue un milagro (qué palabra conveniente) que Stryper se pudieran presentar en nuestro país el 11 de septiembre en el Teatro Flores. Esta sería la primera presentación del History Tour de la banda californiana en Sudamérica, luego de venir de presentarse en Corea del Sur (donde la enorme población presbiteriana lo hace uno de los destinos preferidos de las bandas cristianas), para luego pasar a Chile y Brasil.



A pesar de la ausencia de Tourniquet (toda una pena por ser la banda más “rara” de la lista, y la única que todavía no había tocado en Argentina), hay que decir que ambos teloneros suplieron más que bien la falta de la banda de Ted Kirkpatrick. Empezando con los argentinos Boanerges, siempre voy a tener que destacar que me parecen una de las mejores bandas del país en vivo, incluyendo bandas no-religiosas: Gabriela Sepúlveda tiene una de las voces más poderosas de la escena nacional, y el power metal de alto octanaje de la banda le da una base perfecta. Aunque apenas pudieron tocar media hora, siempre es un placer poder verlos.

La presentación de los suecos Narnia se hizo esperar bastante. No tanto desde la última, siendo que ya habían venido en abril de 2017 para tocar en Uniclub (de lo que me acuerdo perfectamente porque fue el segundo recital que cubrí), sino por los cuarenta minutos de preparación y prueba de sonido detrás del telón. Pero cuando éste se abrió a la gente no pareció importante, con el baterista Andreas Johansson solo arriba del escenario, para que después se le fueran sumando el bajista Jonatan Samuelsson, el tecladista Martin Härenstam, el guitarrista Carl Johan Grimmark y, cerrando ya la formación y con el fin de la intro de fondo, el cantante Christian Rivel-Liljegren, que llegó con todo su entusiasmo característico, aunque este no logró ocultar el hecho de que el inicio de la canción se vio arruinado porque las voces eran inaudibles, no por estar tapadas por los otros instrumentos sino porque el mismo micrófono no parecía funcionar. Tanto banda como cantante siguieron como tal, y al momento del solo Christian se retiró del escenario un par de segundos.



A su vuelta las cosas parecieron mejorar, ya a tiempo para dar inicio a “The Mission”, con esa intro clásica y su letra bastante coreable, seguida de otro clásico como es “I Still Believe”. Duranta la siguiente “Dangerous Game” pudimos ver a Christian sacándose el abrigo para mostrar la remera de la selección argentina que tenía escondida (como para demostrar que la demagogia rockera no reconoce límites geográficos o religiosos) y proceder a hacer un baile con la música de fondo, y cerrando su presentación con “Living Water”. Sí, Narnia tocó apenas media hora, y no me sorprendería que eso no estuviera planeado, siendo que luego cuando tocaron en Chile la lista de temas fue mucho más larga, y en un momento Grimmark parecía acercarse a Christian para comentar algo. Obviamente quedó bastante por decir por parte de Narnia y la duración fue demasiado acotada, pero lo poco que pudieron entregar fue más que correcto, a pesar de las circunstancias. Por otro lado, el público ya se iba acumulando, aunque el lugar estaría muy lejos del lleno total.

Poco más de 20 minutos después, el telón se abrió y comenzó a sonar de fondo el “Himno de Batalla de la República”, aquella canción religiosa que también es una de las más reconocidas del catálogo patriótico estadounidense, para dar bienvenida a Stryper. Vestidos con sus característicos atuendos negros y amarillos a rayas (adaptados a pantalones de cuero en contraste con las calzas de los ochentas), guitarras y micrófonos con la misma combinación y con su logo enorme en la pared del fondo, dieron comienzo al clásico “Soldiers Under Command”, con ese arranque que es capaz de levantar hasta al metalero más blasfemo. Era un temazo cuando arrancaba el disco al que le da nombre, y siguió siendo un temazo en el escenario del Teatro Flores, con sus melodías maidenescas y los agudos de Michael Sweet, con su voz que por momentos se muestra añejada por el tiempo pero todavía que todavía es potente. Y el público correspondió a ello, a juzgar por la gente coreando las melodías de guitarra, tocadas de manera magistral tanto por Sweet como por Oz Fox, que tuvo una noche superlativa a pesar de estar batallando un par de tumores que le causaron una convulsión durante un recital en 2018.



Luego de seguir con “Loving You”, Michael Sweet se dio un momento para agradecer al público, disculparse por el tiempo que tardaron en volver y preguntar si alguno en el público extrañaba el año 1986. Las respuestas afirmativas de varios le llevaron a decir que es raro porque muchos ni habían nacido por esa época, en un tono bastante jocoso que mantuvo a lo largo de todo el recital, para dar paso a “Calling on You”, de To Hell With The Devil, con su ritmo a medio tiempo a puro hard rock ochentoso. El final de la canción se marcó con un momento fijo de las presentaciones de Stryper, con los miembros de la banda tirando biblias al público (versiones de bolsillo del Nuevo Testamento con el logo de la banda, no se imaginen a la audiencia siendo aplastada por una lluvia de libros gruesos como guías telefónicas), con la gente saltando como si estuvieran tirando púas.

Foto: Adrían Quipi


El siguiente fue un momento especial de la noche, con la aparición del guitarrista brasileño Mike Kerr (no confundir con el bajista y cantante de Royal Blood), perteneciente a la banda FirstBourne y quien también está de invitado en el último disco solista de Sweet. Fue con esta tercera guitarra invitada que la banda se lanzó a tocar “More Than a Man”, una de las más pesadas de la etapa ochentosa. La audiencia seguía extasiada, y esto siguió con “All For One” de Against The Law, aquel álbum en el que trataron de adaptarse a los noventas y dejar de lado la imagen religiosa y las rayas, que en cierta manera debe haber sido como hacer que Michael Jordan juegue al béisbol. Incluso con esto, la canción no suena descolgada y la gente siguió coreando cada letra y riff, lo que siguió con las siguientes “Surrender”, en la que al final le alcanzaron un número de Metalbreed Magazine, revista especializada en metal cristiano, a Sweet, que tenía a la banda en la tapa, y “All She Wrote”, el cover de FireHouse, la banda donde estuviera Perry Richardson, actual bajista de Stryper.

En otro momento con el público y habiéndose descolgado la guitarra anteriormente, Sweet preguntó quién había visto ya a la banda, y quiénes los veían por primera vez, como para dar pie a la power balada “Honestly”, que comienza sólo con un piano de fondo. Aunque a mucha gente le encanta esta canción (no por nada es el mayor hit de la banda en Estados Unidos), alcanza unos momentos de melosidad enormes incluso para los estándares de las baladas de los ochentas. Mención especial para el perro que se infiltró en el Teatro Flores mientras sonaba la canción, con la gente de seguridad tratando de atraparlo.

Con Sweet enlistado de nuevo con su guitarra, siguieron “In God We Trust”, “Always There For You”, “Sorry”, “Yahweh” (demostrando que la banda se puede poner más obviamente cristiana todavía) y cerraron esta primera parte con “Sing Along Song”, esa canción diseñada específicamente para cantar junto al público, para así retirarse del escenario y dar paso al ritual de los bises, con la gente pidiendo su vuelta y ellos correspondiendo con “The Valley” y el clásico “To Hell With The Devil”, cerrando así la noche después de ochenta minutos de presentación.

¿Qué más hay para decir? Ciertamente las circunstancias detrás de la presentación de Stryper estuvieron alejadas de ser las mejores (los problemas médicos de Oz Fox, el cambio de fecha, caídas de recitales, retiradas de bandas y duraciones cortadas), pero aquella noche la banda se pudo sobreponer a absolutamente todos estos obstáculos. De la movida glam de los ochentas Stryper debe ser de los grupos que mejor envejecieron, y todavía les da la energía para mucho. Esperemos que la vuelta no se haga esperar, ya en un contexto mucho más favorable para todos.

Crónica: Martín Cirillo
Fotos: Adrían Quipi
Crónica | Stryper en Argentina: Santo remedio Crónica | Stryper en Argentina: Santo remedio Reviewed by creativosnativos on septiembre 15, 2019 Rating: 5
     
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